Los Big Boy se portaron como verdaderos Grandes Muchachos

Big Boy no sólo la embocó cinco veces, desarrolló un juego equilibrado, controló en todo momento a su rival sino que, se notó, sus jugadores se sintieron bien, como empapados en un clima de buen juego y velocidad tan propio del equipo violeta. No esperaron mucho para hacer realidad este reencuentro. A los 3 minutos Felipe Lázzari mandó un bombazo cruzado que obligó al arquero Fernando Imaz  a despejar al córner.

Del centro desde la esquina llegó el primer gol. Recibió Pedro Ergo, pero su intento fue desviado por el arquero. La pelota dio en el poste y quedó justa para que Villar, a la carrera, la empuje al gol.  Los Barsas no podían hacer pie y entre Ergo, Lázzari y Buero parecía que se iban a hacer una panzada. Pero las cosas en el fútbol a veces resultan imprevisibles. Un pelotazo de Imaz desde su área (criticado por sus compañeros mientras la pelota 

realizaba su trayectoria), llegó casi al área rival. Allí, el arquero Soria, solo, se confió y salió con cierta displicencia sin contar con el pique veloz de Gabriel Vitale, con su oportuno pie, con que el arco quedaba vacio, con la pelota yendo mansa hasta traspasar la linea de gol y poner el empate. A partir de allí, si bien los dos equipos intentaron en todo momento manejar bien la pelota, no pudieron crear situaciones de peligro en el área rival.

A tres del final del primer tiempo, Big Boy presionó bien y robó la pelota en la salida del Barsa. Ergo cedió la bola para la entrada de Lázzari. Remate desde fuera del área y gol. Dos por uno. Apenas comenzada la segunda parte, Lázzari robó la pelota en la mitad de cancha y encaró en soledad hacia el arco. Dejó pagando al arquero y la empujó al gol. El 3 a 1 parecía definir el partido. Y fue así. Rodrigo Martínez Ben y Gabriel Vitale 

invirtieron los últimos cartuchos de energía, pero no alcanzó. A los 12, otra vez Felipe Lázzari se quedó con la pelota, la llevó hacia el área y colocó el cuarto gol con un toque suave por el costado del arquero. Cinco minutos después, Gustavo Villar se anticipó al arquero y cabeceó la pelota que entró mansa dentro del arco vacío. Big Boy se fue de la cancha con el pecho inflado. El Bar SA, tras la dura derrota, quedó así de chiquito.

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