La muchachada tana debe estar refunfuñando contra los Paso a Paso, mentores del ingreso abrupto de Isótopos a la Copa Episco, después de su plantón. Es que, aunque con algunos baches, este equipo viene cargando nafta de la buena y resulta un hueso duro de roer para cualquier rival. Para colmo, el equipo rojo anduvo estrellado: demasiadas distracciones y muy poca fortuna y terminó perdiendo un partido con la
ventaja de un jugador de más. El primer gol lo convirtió el tano Goyo Soto. Apenas iban 5 minutos. Mariano Bernasconi entretuvo la pelota en ataque por izquierda, el arquero Cacherosky, despejó corto y le quedó al Pibe de Oro que, con un zurdazo desde fuera del área, venció al arco vacío.En los siguientes minutos la pelota fue de aquí para allá, sin riesgo. Hasta los 17 minutos, momento que llegó el empate. Tiro libre por
derecha. Aleña mandó un buscapié que encontró uno y desvió la trayectoria de la pelota para acercarse sumisa a Pablo García quien empujó al gol. Los Tanos, por momentos, se iban del partido y a Isótopos no les quedó más remedio que aprovechar tal circunstancia. Así, Damián Aleña engañó a todos y mandó un zapatazo inesperado desde tres cuartos de cancha que se coló al arco bien cerca del palo.
Un minuto después los rojos se perdieron el empate, luego de una jugada de lujo y pelotazo de Cacho Ochnio en el travesaño. Revertir el resultado parecía posible. Pero apenas comenzado el segundo tiempo, otra vez Pablo García congeló las aspiraciones tanas. Un pelotazo largo que dio en el travesaño le quedó a él, puso el pie y empujó la bola a la red. Dadas las cosas, cada equipo intentó hacer lo suyo. A los 6, Soto tocó
para Ochnio y este habilitó a Matías Di Lello quien se acomodó dentro del área y pateó al gol para descontar. El 2 a 3 animó las esperanzas tanas que intentó, pero no pudo. A los 7, el Cuervo Cervirizzo pateó al arco y dio en el travesaño. A los 8, Di Lello al palo. A los 18, Cacherosky desvió remate de Soto. A los 23, se lo volvió a perder Di Lello. A los 24 Jonathan Vargas pateó por arriba del travesaño. Pero a los 26, Gustavo Aveiro puso el cuarto gol con un bombazo desde fuera del área y seis puntos en caja.
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