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sábado, 13 de noviembre de 2010

El que mete el gol, gana.

A LURO LE SALIERON LAS COSAS Y FESTEJÓ EL PARTIDO Y EL TORNEO. DEFENSORES DE LA QUILMES CASI SE QUEDA CON TODO. PERO EL FÚTBOL ES ASÍ.
Al grito de "Luurooo Campeó, Luurooo Campeó" la muchachada azul, unida en un único abrazo, salticó en el centro de la cancha al son de los aplausos de propios y extraños. Abrazo que sintetizaba la alegría por lo obtenido, pero también la de haberlo hecho juntos. Se trata sólo de un torneo de fútbol, sí. Pero el día a día y las relaciones que se establecen en el grupo son de las de verdad. Luro dio señales de estar consolidado en eso y seguramente fue condimento necesario para poder levantar la Copa Episco. A Pancho Nabais le rebalsaba la euforia, encabezó con grandes trancos pausados la Vuelta Olímpica y no dejó de moverse nunca. El Colo Vigano trataba de reponer el aire que le faltó y se estrechó en diez mil abrazos. Leandro Steimberg, con la mirada llena de ilusión, no paraba de relatar lo que había pasado. El Lolo Zamolo lucía una tranquila satisfacción y trataba de dejar claro que a pesar de sus seis amarillas en el torneo es el mismo buen tipo de siempre. Los hermanos Aranda, Javier González, los hermanos Alonso, el gran arquero Rafael Iglesias, los jugadores lesionados, los que no estuvieron, como Mariano Kahayan y Eduardo Díaz supieron que se les había dado esta vez lo que estaban buscando. Premio a un equipo que siempre fue positivo.
El partido había empezado con un 1 a 0 para Defensores de la Quilmes. Al minuto cincuenta segundos de juego, Fabricio Lunetta robó una pelota en la última línea de la defensa azul y se fue solo para enfrentar al arquero. Al pelado no le cuesta nunca y esta vez, tampoco. Se la tocó suave a la derecha del arquero que salía y la pelota entró mansita al arco. Los cerveceros son un equipo que cuando les sale, le pintan la cara a cualquiera. Y parecía que ésta podía ser una de esas veces. Pero Luro no cambió la idea con que quería plantear el partido. Cerró todos los caminos para el tiki tiki quilmeño y empezó a crecer. Tuvo dos oportunidades antes del empate. La primera con un bombazo de Vigano que se desvió en la cabeza de Nabais y se fue cerca. La segunda con un tiro libre de Leandro Aranda que se fue apenas arriba. A los 7 llegó el gol lurense. Pablo Alonso recibió un lateral y avanzó por la derecha. Mandó un centro rasante que pasó a todos y le quedó servida a Pancho Nabais que sólo tuvo que empujarla a la red. Con el empate el partido se equilibró. Pero daba la sensación que Luro lo tenía todo controlado. A los 16 los azules se lo perdieron tres veces. Un arranque arrasador de Vigano al área, centro a Nabais, quien intentó un taco ante la salida del arquero pero le quedó otra vez al delantero. Pancho remató otra vez pero el arquero tapó con el cuerpo. El rebote le quedó a Pablo Alonso. Su disparo fue desviado por un defensor. Como en el boxeo. Cuando al rival se lo tiene a tiro hay que darle para que tenga. Luro lo intentó. Pero a los 29, fue Defensores de la Quilmes en los pies de Lunetta quien se lo perdió dos veces en la misma jugada por la intervención del arquero Iglesias. Los equipos se fueron al descanso sabiendo que el que pudiese aprovechar se quedaba con el partido y con el campeonato.
Al comenzar el segundo tiempo los azules armaron una jugada con estilo "cervecero" en donde la tocaron todos y siempre alguien quedaba libre. Al final Leandro Aranda remató apenas alto. Rápidamente Defensores de la Quilmes tomó el control de las acciones y fue enredando a Luro en su trama. Tuvieron seis oportunidades de gol. A los 5 Greenberg Farías se lo perdió de cabeza. A los 7 Eduardo Arnay remató, pero la pelota se fue por poco. A los 8, Lunetta obligó al arquero lurense a levantar vuelo para sacar una pelota espectacular que se metía a media altura. A los 16, otra vez Lunetta complicó a la defensa azul, eludió al arquero pero el oportuno doble cierre de Aranda evitó la caída del arco. A los 25, otra vez Greenberg Farías complicó con la cabeza. Parecía que la pelota no entraba y que la cosa se iba a definir desde el punto penal. Pero los que saben dicen que los goles que no se meten en el arco contrario, terminan entrando en el propio. Y se cumplió. A los 26, la pelota le quedó a Pancho Nabais por derecha. Se acomodó a la carrera evitando la marca y mandó el disparo que abrió la puerta al campeonato. La pelota entró recta entre el palo izquierdo y el arquero que se estiró sin alcanzarla. El resto es la historia contada.
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martes, 9 de noviembre de 2010

Defensores de la Quilmes y el camino a la final.

1° Fecha 3 QQTucha - Def. Quilmes 1

2° Fecha 3 Def. Quilmes - 30 Pelusa 2

3° Fecha 3 Luro - Def. Quilmes 2





4° Fecha 4 Los Tanos - Def. Quilmes 1

5° Fecha 1 U. Esperanza - Def. Quilmes 9

6° Fecha 3 C.A. Varet - Def. Quilmes 0




7° Fecha 1 Siaco - Def. Quilmes 5

8° Fecha 4 Def. Quilmes - Paso a Paso 0

9° Fecha Libre




2° Fase 1° 1 Luro - Def. Quilmes 3

2° Fase 2° 0 Siaco - Def. Quilmes 1

2° Fase 3° 3 Los Tanos - Def. Quilmes 6

Semi 1 (6) QQTucha - Def. Quimes (7) 1
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Luro y el camino a la Final.

1° Fecha 4 Luro - U. Esperanza 0

2° Fecha 1 QQTucha - Luro 2

3° Fecha 3 Luro - Def. Quilmes 2




4° Fecha 4 Luro - Paso a Paso 0

5° Fecha 1 Luro - 30 Pelusa 1

6° Fecha Libre



7° Fecha 0 Los Tanos - Luro 4

8° Fecha 2 Luro - Siaco 2

9° Fecha 2 Luro - C.A. Varet 3





2° Fase 1° 1 Luro - Def. Quilmes 3

2° Fase 2° 1 Los Tanos - Luro 3

2° Fase 3° 2 Luro - Siaco 0

Semi 1 Luro - 30 Pelusa o
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sábado, 6 de noviembre de 2010

La hora de la verdad

EN UNA FECHA ESPECTACULAR, LAS SEMIS SE JUGARON CON TODA EMOCIÓN. DEFENSORES DE LA QUILMES Y LURO A LA FINAL.
Eran dos partidos soñados. Nadie quería perdérselos. Se jugaron con todas las ganas que se merece una semifinal. Los cuatro equipos se plantaron en la cancha sabiendo a qué iban a jugar. La suerte fue dispar. Se necesitaban dos ganadores. Los primeros, los cerveceros, consiguieron la victoria desde una vibrante definición por penales (inédita en las ediciones de este torneo). El segundo, Luro, obtuvo la clasificación por la mínima diferencia con un zapatazo de otro partido. Así es el fútbol, señores. Viva el fútbol.
1 (7) Defensores de la Quilmes vs. QQTucha (6) 1
1 Luro vs. 30 Pelusa 0
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Preparen el chop

DEFENSORES DE LA QUILMES DIO UN PASO FUNDAMENTAL PARA BRINDAR CON LA COPA EPISCO AL VENCER EN DEFINICIÓN POR PENALES AL COMPLICADO QQTUCHA.
La pelota dio en el travesaño y quedó servida en el área. Pero era en vano: en la definición por penales no hay segunda oportunidad. Si la pelota entró al arco, bien; sino a otra cosa. El jugador qqtuchense dio unos pasos hacia atrás con la cabeza gacha y encontró palmas contenedoras entre sus compañeros. La realidad era dura: habían quedado fuera de la final después de una increíble seguidilla de penales convertidos. El arco que había sido forjado por manos familiares, esta vez decía "No", como un acto de decisión soberana. "Lo enterraron muy abajo" especuló con humor el jugador/herrero/hermano rojo y amarillo refiriéndose a la mole de caño que había soldado, como para quitar dramatismo. Más allá, los cerveceros festejaban con una abrazo sentido.
El partido había estado muy bueno. Se notaba que cada equipo había pensado cómo jugarlo. Los quilmeños fueron fieles a su estilo: toque para aquí, toque para allá y siempre alguien que se desprende y queda libre por los laterales. QQtucha intentó neutralizar la virtud cervecera armando un bloque sólido defensivo con juego aéreo permanente para sus delanteros. Y el juego así se hizo equilibrado. A los 4 casi grita Defensores de la Quilmes luego de una linda pared que le quedó a Alejandro López quien remató al arco y el rebote que dio el arquero lo mandó a las nubes Mario Zamolo como para no complicar. Pero a los 7, QQtucha le dio a los quilmeños con su propia medicina. Ezequiel Tazelaar tocó para Destéfano quien a su vez alargó hacia Vrkljan en tres cuartos de cancha. Éste habilitó a Leandro Monjes que clavó la pelota en la red desde afuera del área. 1 a 0 que significaba un desafío mayor para los quilmeños: había que taladrar el búnker defensivo que, de más estaba decir, se iba a profundizar. A los 11 casi QQtucha emboca por dos, a partir de una jugada extraña (ver Curiosidades), lo que hubiese significado partido liquidado. Recién a los 18, otra clara jugada con pared entre Greenberg Farías y López, dejó al capitán cervecero de frente al arco y libre, pero su remate se fue apenas desviado. Los circuitos del fulbito quilmeño estaban siendo controlados por su rival y la cosa se les complicaba. Así se fueron al descanso.
El segundo tiempo presentó a un Defensores de la Quilmes dispuesto a arrasar a QQTucha con el riesgo de que éste se tire más atrás y bloquee todas las entradas. Creció, entonces, la figura de Pablo Pierotti con un despliegue físico espectacular y la distribución de juego desde el medio que su equipo necesitaba. Los cerveceron generaron unas cuantas situaciones de gol. No se dio ni a López, ni a Velo en cuatro oportunidades. Pero estaban poniendo a su rival contra las cuerdas. Y se notaba. A los 12 una excelente jugada iniciada desde el medio por Pierotti que se la pasó justa al tanque Greenberg Farías quien actuó como pivote conteniendo la marca y se la devolvió al mediocampista blanco que venía a la carrera y esperaba la devolución. Casi con furia mandó un derechazo rasante que se coló a la izquierda del arquero que, pese a la estirada desesperada, no llegó. 1 a 1 y las cosas como al principio. Resulta difícil a cualquier equipo sobreponerse a una nueva situación. QQtucha estaba dejando escapar su gran oportunidad de sumar una segunda victoria trabajada contra un gran equipo, como lo había hecho el partido anterior contra C.A. Varet. Defensores de la Quilmes había logrado el empate y quedaban pocas energías para más. Parecía que ambos equipos firmaron un pacto para sellar la suerte del acceso a la final de la copa a través de los penales. Se desordenaron, no lastimaron más. El árbitro, de muy buen desempeño, pitó el final. Lo que siguió es lo de siempre en este tipo de definiciones: destreza, sí; pero a pura suerte que la pelota llegue a la red. Ambos equipos dieron muestras de que, además, saben patear penales. El travesaño del arco quizás mal enterrado, fue un protagonista impensado.










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Arandanazo a la final

CON UN GOLAZO DE LEANDRO ARANDA, TRANSVERSAL AL DESARROLLO DEL PARTIDO, LURO CONSIGUIÓ LA VICTORIA Y SE UBICÓ EN LA FINAL DE LA COPA.
Creo que fue Empédocles quien definió los principios constitutivos de la realidad con cuatro elementos indispensables: la tierra, el agua, el aire, el fuego. Siglos después la publicidad televisiva de un automóvil retomaba aquellas ideas. El partido entre Luro y 30 Pelusa tranquilamente podría haber sido fuente de inspiración para un filósofo que debatiese sus ideas en el ámbito de la Ágora griega. También aquí, en un partido de fútbol amateur en los tiempos del Bicentenario argentino, esos cuatro elementos fueron protagonistas. La tierra, la de la cancha, la que hubo que remontar a lo largo de un partido muy intenso, la que quedaba pegada en la piel por el sudor incipiente, fue una clara señal de lo que resultó el partido: jugado con fútbol, pero muy luchado. El agua, necesaria para refrescarse y renovar energías, centro de la polémica y del acuerdo posterior en el parate del segundo tiempo. El aire que con el correr de los minutos empezó a escasear y que cuando estaba finalizando el encuentro provocó que se dejaran peligrosos huecos por los que ya no volvían para defender. El fuego, presente en el intenso calor que envolvió el ingreso al mediodía de Buenos Aires, planchó un partido en el que quizás el Colo Vigano logró explotar las últimas reservas de energía y pudo así contener el triunfo azul.
Recién a los 10 los hermanos Aranda, uno por vez, casi convierten a partir de un tiro libre. Es que los pelusones plantearon el partido tratando de jugar horizontalmente, teniendo control de pelota pero resultaron muy lentos y previsibles. Luro, más efectivo, resultaba más punzante aunque Marino supo controlar las puntadas finales del ataque azul. Dos veces se lo perdió Miguel Tondi con disparos desviados. El primer tiempo se fue entre intentos tibios de llegar al arco contrario, algunas imprecisiones y muchísima voluntad.
El segundo tiempo mostró a 30 Pelusa más decidido. Luro se echó atrás y esperó la oportunidad con los dos velocistas Vigano y Nabais, que corrieron todas y resultaron una molestia permanente para la buena defensa verde. Al minuto nomás, Pablo Zamolo peleó una pelota en la salida pelusona, la ganó y probó al arquero con un remate que se le colaba por arriba y pudo conjurar con un gran esfuerzo. Dos minutos después Vigano recibió la pelota de regalo, remató al arco pero la bola pegó en el travesaño y se fue. A los 20 agüita en la sombra y después el desenlace. A los 22 casi la clava 30 Pelusa. Primero se lo perdió Exequiel Barrios y después el Chipi Torrecilla. A todos les pesaban las piernas a esta altura y parecía que se definía por penales como el partido del primer turno. Pero faltando tres minutos para el final, el omnipresente Leandro Aranda tomó un rebote desde afuera del área y mandó un zapatazo que clavó la pelota en la red a media altura y sentenció la suerte del partido. Ni el tiro libre de Orfila que pegó en el travesaño un minuto después pudo cambiar las cosas. El 1 a 0 estaba sellado con un gol de sorpresa, como de otro partido.
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