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domingo, 23 de septiembre de 2012

Damocles se quedó con el vuelto

Los barsas y los luros querían (necesitaban), los tres puntos y pusieron todo en la cancha para quedarse con lo que fueron a buscar. Pero la justicia futbolera es mezquina: el empate les dio sólo un punto a cada uno. Para colmo un discutido fallo arbitral a minutos de la finalización del partido, dejó a los azules con el morral a medio llenar. De todos modos la sensación de que ambos equipos todavía siguen en pie y con 
expectativas de más, es el mayor trofeo que pudieron haber llevado a sus casas. Si bien a los 6 minutos Pancho Nabais clavó un pelotazo en el palo, los catalanes pegaron duro y en dos minutos se adelantaron en el marcador. Primero  a los 9 minutos con un toque del mediocampista Santiago Pérez cuando encon tró la pelota boyando en el área y puso el primero. Al minuto, un pelotazo alto del incansable Rodrigo Martínez Ben 
desde mitad de cancha que sorprendió al arquero Caccavari y se coló a la red. A los 16 Leandro Aranda avisó que los azules estaban dispuestos a dar vuelta las cosas con un pelotazo que dio en el travesaño. La premonición se hizo realidad a los 26, cuando el mismo Aranda ejecutó un tiro libre cerca de área, la pelota dio en el pie de un defensor, descolocó al arquero y se metió caprichosa.
Cuando el "se puede" lurense resonaba en la canchita del Episco, Martinez Ben echó agua fría con un bombazo desde fuera del área que se coló al arco pegadito al caño derecho del arquero. El tres a uno parecía definitivo cuando se fueron al descanso. Pero el segundo tiempo fue de Luro. Creció el Colo Vigano y con él todo el equipo. Fue oportuno que a los 2, Ariel Aranda habilite tan bien a Pancho y que éste, de volea, reviente la red y ponga el descuento. Cinco minutos después la heroica se hizo carne. Vigano ganó la pelota en tres cuartos y mandó un puntinazo que desconcertó al arquero y decretó el empate. Tuvieron la victoria los pies de Ariel Aranda y otra vez el Colo. Pero a los 17, una corajeada de Germán de Aurteneche que disputó la pelota con el arquero con la fortuna de que la bola dibujó una parábola en el aire y se metió al arco a pesar del intento de Javier González de evitar el cuarto en contra. A los 23, Agustín Spotorno puso un pelotazo inatajable de tiro libre en el ángulo y conquistó el esperado empate.
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