Empachados

Con un contundente 12 a 1, Luro estrenó con lustre su participación en la Copa Episco 2 y empujó a Última Esperanza unos cuantos casilleros hacia atrás, después de que éste diera la sensación de que estaba para algo más durante el campeonato pasado. Además de los goles, los azules deberían festejar la aparición de Miguel Calabretta: un delantero encarador que les dará mayor peso ofensivo y liberará a Vigano

para moverse en toda la cancha. Para los naranjas la cosa empezó mal: presentaron un equipo diezmado. Para colmo, a los pocos minutos se lesionó el Negro Ramos, estandarte del equipo y ya no tuvieron nada para hacer. El monólogo de Luro, aburrido porque parecía la re re repetición de cada jugada, aunque seguían embocándola y sumando, se extendió de pe a pa en el partido. El primer gol llegó a los 4 del PT y el último, 

al expirar el partido. Daba la sensación de que la UE puso en cancha jugadores de metegol: estancados y desabridos. Luro no tuvo piedad y se llenó de goles: los que tanto se le negaron en los últimos tiempos.







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