Defensores de la Quilmes tuvo su plan B

Cuando no anduvo el tiqui tiqui, y Luro mordía en todos los sectores y vivía un veranito futbolero con dos goles arriba,  Defensores de la Quilmes apeló a otras herramientas de juego como el coraje, el empuje y la fortuna. Fue raro el partido. Luro estaba ajustado y eficaz y los cerveceros imprecisos y quejosos. Los azules aplaudían sus intentos. Los blancos se recriminaban todo. Al minuto Pancho Nabais y Ariel Aranda casi abren el 

marcador. Las dos veces el arquero del Defe, Matías Cáceres, intervino para evitarlo. Para colmo, a los 7, el árbitro cobró penal por una mano en el área que Ariel Aranda pateó bien, pero Cáceres desvió. El rebote lo tomó Pablo Alonso con un pelotazo al travesaño. Hasta el momento todo era muy elocuente: Luro estaba arrasador, Defensores de la Quilmes perdido en la cancha. Pero empataban cero a cero.

Estas desventuras, en otro momento hubiesen llevado a los azules a una depre futbolera. Pero quizás el gran logro del equipo fue superar lo que viene arrastrando desde el torneo del 2011, luego de una gran campaña anterior y la obtención de la Copa. A los 9, el Colo Vigano robó una pelota en defensa y puso un pase largo para la entrada de Nabais, luego de un rebote, Ariel Aranda se reivindicó con un bombazo a media altura 

que se incrustó en la red. El 1 a 0 venía a poner justicia al desarrollo del partido, a despabilar a lo dormido. Pero Luro no puede consigo mismo y hace lo que puede. Se echó atrás y apeló a la contra buscando la velocidad de Pancho Nabais. Darle pista a los Quilmes siempre es fatal. Igual tuvieron su changüí a los 21 minutos. Robaron una pelota en la salida del blanco, se la llevó a la carrera Nabais y cuando el arquero le salió se la tocó 

suave por el costado para  poner el segundo gol. Así se fue el primer tiempo. Quién sabe qué habrá pasado en el descanso, qué palabras se habrán dicho para que el segundo tiempo fuese tan diferente, tan favorable a Defensores de la Quilmes. Alejandro López y Joaquín Velo aportaron la claridad que hacía falta. A los 5, velo cedió la pelota a Pablo Pierotti y éste habilitó a Pablo Bandera quien pateó alto pero avisó.

La resistencia de Luro fue digna, pero en doce minutos se desintegró. A los 18, Joaco Velo recibió la pelota en tres cuartos de cancha. Encaró al área eludiendo la marca y cuando pasó la media luna se la dio a López muy solo, amago y golazo a la izquierda del arquero. Dos minutos después, penal por falta en el área. Otra vez López adentro. A los 21, Duilio Greenberg Farías estrelló un cabezazo en el travasaño y dio señales de lo que iba a suceder. Un minuto después sucedió. Lunetta tomó en tres cuartos con su pique corto, encaró al área y remató a media altura para vencer el esfuerzo de Darío Caccavari y lograr la hazaña en cuatro minutos formidables para unos y fatales para otros. 

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